De pie frente a la cama
intuyo el paisaje en la penumbra
sólo un lascivo rayo de sol
acaricia el punto exacto
donde las curvas se abisman,
luego de las tersas colinas
una llanura con su oasis
rebosante de promesas,
más allá un tibio valle
con aroma a hierbas y sal.
Del macizo de sábanas
asoman cinco gemas
que palpan el colchón
son los deditos de sus pies
reclamando por los míos…