Nuestro idilio fue frenado antes de despegar
el tamaño de mi tristeza es insondable,
quizás en una cuarta dimensión
este dolor adolece de masa;
ayúdame a medir su pequeñez
hasta despejarlo como un teorema de física.

Por un extraño fenómeno se expanden mis penas
también el campo de gravitación clama desolado,
debe existir la fórmula para realizar aquella síntesis
que permita forjar el hierro mientras hierve al rojo
cincelando de prisa el frío se aleja de la estatua;
no sé si este cilindro está cerrado sobre sí mismo
o si existe algún agujero de la gloria
para expresar los sentimientos,
en todo caso tú que vienes de un país soñado
donde la primavera te enaltece
puedes ver mi realidad desde otro ángulo.

Sufro cuando me dices que no existe aquel éter
resulta difícil correr detrás de la luz,
y a estas alturas el elipse se confunde con la órbita.

No me obligues a beber esta agua pesada
cáliz amargo que explotará en mi corazón
aparta de mí la angustia que me lleva hasta los confines de la Nada
y me hace desfallecer,
contigo he comprendido
la hermética obstinación de mi dolor
al mismo tiempo barrunto una salida
tan pura como esa sonrisa;
que sólo tú me enseñas
incomparable mujer.