“Que me cuesta la vida
que sangrara la herida por una eternidad
tal vez mañana puedas comprender
que siempre fui sincero
tal vez por alguien llegues a saber
que todavía te quiero”

Pablo Milanés

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La verdad muchas veces duele y en el fondo nadie quiere oírla, especialmente si te afecta personalmente. A veces tenemos que decirla, porque es lo único que podemos decir... porque tenemos que expresarla en voz alta para poder asimilarla... porque no podemos contenernos ni un minuto más. Y otras veces la decimos porque sentimos que es nuestra obligación.

Prefiero eso, a las mentiras sin sustento.. esas palabras generosas que salen de la boca con una dosis vaga de verdad, conformidad… perpetuidad, y que luego el paso del tiempo se encargará de de echarle tierra encima. Tal como sucederá en algún momento con todos nosotros.