Tu belleza es comparada con la rosa del jardín,
qué tristeza el no tenerte para poderte abrazar,
pero sé que esta tristeza prontamente tendrá fín
cuando estemos abrazados para podernos besar.

Son las nueve de la noche y ya voy a descansar,
fatigado del trabajo pero pensando en tu amor,
¡Ay, mi Vida...! Si pudiera tu belleza contemplar
para no sentir tristeza, ni desdicha, ni dolor.

Cuando salgo en las mañanas y me pongo a caminar,
con la lluvia, con el viento, con la brisa y el calor
no me importa que me canse porque debo continuar
en la búsqueda del tiempo para merecer tu amor.

No quisiera que tú pienses que voy a desfallecer,
no mi Vida, no he nacido para ser un perdedor.
Sólo pienso en el trabajo para poder merecer
el amor y la hermosura que te ha dado El Creador.

Vida Mía, si has pensado que ya no existe el amor,
porque hubo álguien en tu vida que por otra te dejó,
sólo mírame a los ojos y no tengas más temor,
te ofrezco mi vida entera, pues...abandonarte no!
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Mariano Bequer.
Maracaibo, 12/07/03